Algo que siempre he admirado de él es su inocencia y su habilidad para crear un mundo diferente con unos cuantos juguetes, y hacer que parezca tan real que cualquier productor de series y películas, desearía tener la creatividad e inventiva que él tiene.
Ya no es el pequeñito que vemos en al foto, pero sigue teniendo el mismo corazón, la misma inocencia y la misma creatividad, aún cuando la adolescencia le gana por algunos segundos.
Pareciera que fue solo ayer cuando estábamos disfrutando de una actividad en el colegio donde estudian mis hijos, "Día de la familia" le llaman en el colegio a esa actividad; Juanpa, Lucy y yo compramos un pasaporte para realizar varios juegos y actividades juntos. Entre las actividades que escogimos estaba la de tomarnos una fotografía así que fuimos a buscar a mi esposa, Ale, que trabaja en ese mismo colegio y tenía otras actividades que atender, pero por momentos la buscábamos para que participara con nosotros y nos tomamos la foto familiar con sombreros de vaqueros. Continuamos visitando más juegos y fue entonces cuando les pregunté a mis hijos ¿Qué actividad querían hacer cada uno? así de esa manera cada uno podría escoger algo que le gustara.
Lucy, mi hija, dijo que quería ir al pintacaritas, para que le dibujaran una mariposa en su carita, así que dirigí la mirada hacia donde estaba Juanpa, mi hijo, y le pregunté que es lo que él quería hacer después que Lucy pasara al pintacaritas, y Juanpa, muy seguro de sí mismo me dijo, yo también quiero ir al pintacaritas, ya tenía en ese entonces 10 años; la verdad no esperaba que él escogiera ir a esa actividad, pero no quise importunarlo ni quitarle su entusiasmo, así que caminamos hacia el salón donde dos maestras tenían a su cargo dibujar lo que los alumnos les solicitaban.
En mi mente de adulto pensé que Juanpa, como ya era un niño "grande", pediría que le dibujaran en su rostro una bandera de Guatemala, o la bandera de su equipo de futbol favorito. Pero para mi sorpresa y para darme una lección de vida, cuando la maestra le preguntó: "A ver Juanpa, ¿qué quieres que te dibuje hoy? él respondió con total seguridad ¡¡¡Un león!!!" La maestra entonces le preguntó: ok, ¿Quieres la carita de un león en tu mejilla? como tratando de comprender para no hacer algo de lo que Juanpa se pudiera arrepentir después, pero nuevamente muy seguro de sí mismo Juanpa le respondió a la maestra: no seño, quiero que me pinte toda mi cara como la de un león, como Simba de la película el Rey León; la maestra igual que yo, pensando como adulto, me mira como preguntando si estaba bien para mí lo que Juanpa estaba pidiendo, la miré y asentí con la cabeza dando mi aprobación, aunque debo confesar que tenía un poco de temor como fueran a reaccionar sus compañeros ya que los niños pueden ser muy ofensivos si se lo proponen con sus amigos.
La maestra empezó con su obra de arte, al mismo tiempo que uno de los amigos de Juanpa apareció para decirle que irían a jugar con los compañeros de la clase, el amiguito de Juanpa le dijo que los demás los estaban esperando para ir a jugar y se quedó parado por unos segundos frente a Juanpa cuando se dio cuenta de lo que la maestra estaba dibujando en la cara de Juanpa, pero no dijo palabra alguna. Se quedó admirado de lo que estaba sucediendo, mientras Juanpa sentado en una pequeña silla muy orgulloso lo miraba como diciendo ¿te gusta lo que me estoy haciendo verdad?
Finalmente, la maestra terminó de dibujar lo que Juanpa le había solicitado en su rostro, y recuerdo muy bien su carita, cuando me voltea a ver y me dice: Papi, me voy a jugar con mis amigos, te veo más tarde. Su amigo no podía quitarle la vista de la cara, pero siguió sin decir nada, luego todos sus amigos se reunieron y empezaron a jugar en el patio del colegio, todos lo miraban pero nadie dijo nada, ni en son de burla, ni tampoco de aprobación, simplemente decidieron seguir siendo niños, jugando y divirtiéndose. Quizás los amigos de Juanpa no pudieron ser tan valientes como él para decidir hacer en su rostro quizás el último pintacarita de su etapa de niños, pero tampoco fueron tan crueles de hacer sentir mal a su amigo que les demostraba que podés seguir siendo niño todo el tiempo que querrás.
Me sentí muy orgulloso de mi hijo ese día, estaba creciendo pero siempre mantenía su inocencia y su niñez.
Siempre que llegaba a casa lo encontraba jugando, haciendo sonidos de efectos especiales con su boca, dándole vida a sus pequeños juguetes, corriendo de arriba a abajo en las gradas con su Woody, Buzz Lightyear, sus carros y personajes de el Rayo McQueen, luego fue cambiando a figuras de acción de Iron Man y el Capitán América, y también con Baymax de Grandes Héroes, personajes de Star Wars y figuras de Lego; a todas esas y otras más Juanpa con su imaginación y sonidos de efectos especiales les daba vida, casi podía ver las películas nuevamente con solo ponerle un poco de atención a lo que jugaba.
Creo que a esa inocencia y sencillez es a la que Jesús se refería cuando dijo: "Dejen que los niños vengan a mí. No se lo impidan porque el reino de Dios es de los que son como ellos."
Todos deberíamos ser más como Juanpa, tener un corazón como de niños y disfrutar cada momento de nuestra vida, así podríamos usar nuestra creatividad y nuestra inventiva para hacer de este mundo un mundo diferente, un mundo con el que todos soñamos, donde podamos ser nosotros mismos y podamos vivir en paz y en amor.
Mijo no dejes tus juguetes, seguí inspirándonos, motivándonos y recordándonos a todos que este mundo puede ser diferente y cambiar si nosotros decidimos cambiar, seguí siendo un modelo de como ser mejores hijos y nunca dejes de ser creativo. Estoy muy orgulloso de vos.
Solo si somos como niños, con inocencia y creatividad en nuestro corazón, podremos lograr una familia y un mundo diferente, así que decidamos descansar en las manos de Dios, con la seguridad de que nada nos faltará y que todo lo que necesitamos lo recibiremos de nuestro Padre que está en los cielos, porque el reino de los cielos es de los que son como niños.