Quiero compartir contigo lo que hoy Dios me habló en mi tiempo devocional. Con el grupo de jóvenes adultos de mi iglesia estamos orando y ayunando para que Dios se mueva en la vida de todos los que llegan a nuestras reuniones y en especial por un retiro espiritual que tendremos en el mes de octubre. El tema para el tiempo devocional de hoy era la oración, pero al leer cada cita bíblica y tomar algunas notas creo que se trata más de “El poder de la oración”. Esto es lo que Dios me dijo hoy:
4 Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense! 5 Que su amabilidad sea evidente a todos. El Señor está cerca. 6 No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
Primero debemos estar alegres.
Segundo nuestra buena actitud (amabilidad) debe ser evidente.
Tercero no debemos preocuparnos debemos orar siempre y dar gracias.
Cuarto la paz de Dios cuidará nuestros corazones y pensamientos.
1 Yo amo al SEÑOR porque él escucha mi voz suplicante. 2 Por cuanto él inclina a mí su oído,
lo invocaré toda mi vida.
Primero Dios escucha mi voz.
Segundo Dios inclina su oído a mi voz.
Tercero Yo amo a Dios.
Cuarto Yo lo invocaré toda mi vida.
III. Nos hace participar de la soberanía y voluntad de Dios (Mateo 6:5-10)
5 »Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que ya han obtenido toda su recompensa. 6 Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará. 7 Y al orar, no hablen sólo por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas palabras. 8 No sean como ellos, porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan. 9 »Ustedes deben orar así: »“Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, 10 venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
- No oremos para que los demás nos vean.
- Tengamos un momento con Dios a solas.
- No hablemos solo por hablar seamos puntuales y claros.
- Dios ya sabe lo que necesitamos, pero quiere que le hablemos.
- Dios es soberano su voluntad siempre va a ser hecha.
- Cuando dice deben orar así, o ustedes oren de esta manera: “que se cumpla tu voluntad en la tierra como en el cielo”, lo dice porque para que se haga la voluntad de Dios en la tierra es necesario que nosotros oremos.
- Dios nos delega responsabilidad al decirnos que oremos.
- La oración no es un medio a través de la cual yo controlo a Dios para que haga lo que yo quiero.
- La oración es una invitación a conectarnos con su corazón para que nuestro corazón desee lo mismo que el corazón de Dios desea.
- Su voluntad siempre se hace. Yo no convenzo a Dios de hacer algo que él no quiera hacer.
- Cuando ores, ora para que se haga su voluntad, ora y pide para que los ojos de tu corazón puedan verlo a Él, ora para que Dios te transforme en una persona servicial y cariñosa.
Éstas son las palabras de Nehemías hijo de Jacalías:
En el mes de quisleu del año veinte, estando yo en la ciudadela de Susa, 2 llegó Jananí, uno de mis hermanos, junto con algunos hombres de Judá. Entonces les pregunté por el resto de los judíos que se habían librado del destierro, y por Jerusalén.
3 Ellos me respondieron: «Los que se libraron del destierro y se quedaron en la provincia están enfrentando una gran calamidad y humillación. La muralla de Jerusalén sigue derribada, con sus puertas consumidas por el fuego.»
4 Al escuchar esto, me senté a llorar; hice duelo por algunos días, ayuné y oré al Dios del cielo.
5 Le dije:
«SEÑOR, Dios del cielo, grande y temible, que cumples el pacto y eres fiel con los que te aman y obedecen tus mandamientos, 6 te suplico que me prestes atención, que fijes tus ojos en este siervo tuyo que día y noche ora en favor de tu pueblo Israel. Confieso que los israelitas, entre los cuales estamos incluidos mi familia y yo, hemos pecado contra ti.
7 Te hemos ofendido y nos hemos corrompido mucho; hemos desobedecido los mandamientos, preceptos y decretos que tú mismo diste a tu siervo Moisés.
8 »Recuerda, te suplico, lo que le dijiste a tu siervo Moisés: “Si ustedes pecan, yo los dispersaré entre las naciones: 9 pero si se vuelven a mí, y obedecen y ponen en práctica mis mandamientos, aunque hayan sido llevados al lugar más apartado del mundo los recogeré y los haré volver al lugar donde he decidido habitar.”
10 »Ellos son tus siervos y tu pueblo al cual redimiste con gran despliegue de fuerza y poder. 11 SEÑOR, te suplico que escuches nuestra oración, pues somos tus siervos y nos complacemos en honrar tu nombre. Y te pido que a este siervo tuyo le concedas tener éxito y ganarse el favor del rey.»
En aquel tiempo yo era copero del rey.
- Nehemías dice: lloré, hice duelo, ayuné y oré al Dios del cielo. Está bien que nos duela o que sea difícil enfrentar las cosas que vienen a mi vida, pero después de llorar, lamentar y sufrir la perdida (hacer duelo) debo concertar con Dios y hablarle para que me ayude a salir adelante.
- Dios es fiel con los que le aman y obedecen sus mandamientos.
- Dios siempre cumple el pacto.
- Señor, te pedimos que escuches nuestra oración.
- Señor, somos tus siervos y nos complacemos en honrar tu nombre
- Señor, concede a este siervo tuyo tener éxito y ganarse el favor de los hombres (de la humanidad o de las personas)