viernes, 31 de octubre de 2025

El ejempo de Moisés


    En estos días he estado leyendo varios temas de los cuales pueda aportar para seguir escribiendo mi segundo libro "Cómo Ser Mejores Padres" que sigue en proceso, aunque lento, está en avance.

    Estuve leyendo recientemente acerca de Josué y la transición del liderazgo entre él y Moisés para guiar al pueblo de Israel hacia la tierra prometida, todo esto dirigido por Dios para dejarnos un ejemplo y una enseñanza para aplicar en nuestras vidas.

    Romanos 8:28 dice: "y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos".  Estas cosas se aplican aún con aquello que no entendemos o que no queremos aceptar.  Todo va a cooperar para nuestro bien.

    El pueblo de Israel quizás no entendía porque murió Moisés para que ellos pudieran entrar y gozar de la tierra prometida, pero en el plan perfecto de Dios había una enseñanza, no solo para el pueblo de Israel, no solo para Josué el nuevo líder, sino para ti y para mí hoy.

    Te comparto lo que leí en el comentario Bíblico "La Biblia Popular" de Adolph L. Harstad acerca de la lección que Dios nos quería enseñar a través de la muerte de Moisés el líder del pueblo de Israel.

    ¿Por qué le declara Dios a Josué lo evidente, que “Moisés ha muerto”? Después de todo, Israel tenía conocimiento del hecho desde al menos treinta días antes, aun cuando Dios mantuvo en secreto el lugar de su tumba (Deuteronomio 34:6). La alusión a la muerte de Moisés sirve para recordarnos varias cosas, y como una señal especial para Israel:


1. El fallecimiento de Moisés es una advertencia de su desobediencia y del juicio de Dios sobre ella (Números 20:12). Él mismo se privó de una bendición y murió fuera de la tierra prometida. Dios insiste en la obediencia para nuestro propio bien. ¡Preste atención su nuevo líder, y también nosotros los lectores!

2. La muerte de Moisés es un recordatorio de que Jehová controla la vida y la hora de la muerte de los suyos. ¡Moisés estaba sano cuando murió! (Deuteronomio 34:7). Los que le pertenecen a Dios mueren cuando él los llama, ya sea: de vejez, por accidente, por enfermedad, o en guerra. Una de esas causas puede aparecer en el certificado de defunción; sin embargo, la causa definitiva de la muerte de un creyente es el llamamiento del Padre (Salmo 31:15). Josué iba a arriesgar su vida en cada batalla, pero tenemos el consuelo de que nuestra vida está en las manos del Señor.

3. La defunción de Moisés nos recuerda que en esta tierra tenemos que hacer el trabajo de Dios con todas las fuerzas mientras todavía podamos (Eclesiastés 9:10). ¡Aprovechemos el tiempo presente!

4. La muerte de Moisés nos recuerda que el reino de Dios no recae sobre un solo hombre. Incluso Moisés, un gran siervo de Dios, era prescindible. Murió, y no por ello el reino de Jehová se derrumbó. Ese hecho no menosprecia a Moisés, sino magnifica al Señor que continúa proveyendo trabajadores para la iglesia. Él no deja de darnos nuevos siervos como: Josué, Pablo, Lutero, y los pastores, misioneros, maestros, y líderes laicos actuales (Efesios 4:11–13). Ese recordatorio para el nuevo caudillo de Israel fue para protegerlo contra la vanidad. También nos asegura que no importa quién sea el que sirva, el trabajo de Jehová se llevará a cabo y los siervos de Dios gozan del privilegio de trabajar para él. Sin embargo, todos son prescindibles para la iglesia en la tierra, cuando Dios disponga llamarlos.


El propósito inmediato de Dios al llamar la atención a la muerte de Moisés es enviar una señal. Moisés no iba a entrar a la tierra prometida, ni tampoco se le iba a permitir que mirara mientras la nación entraba sin él. Su muerte quitó el último obstáculo para entrar y sirvió de trompetazo para anunciar que Israel debía prepararse. Las propias palabras de Jehová dicen que habla de la muerte de Moisés como un toque de diana. “Ahora, pues”, en vista de la muerte de Moisés, “levántate”. Hay un tiempo de llorar la muerte del gran líder, y otro: de secar esas lágrimas, de arremangarse, y prepararse a llevar a cabo los emocionantes planes del Señor. ¡Ahora es cuando!


¡Fue un momento muy emocionante en la historia de Israel! Durante siglos, Dios había hablado en tiempo futuro en cuanto a que les iba a dar a los israelitas la tierra de Canaán. A: Abraham, Isaac, y Jacob, les profetizó: “Les daré esta tierra”. Ahora, a principios del mes de Nisán (marzo-abril), tal vez en 1406 a.C., cambia al tiempo presente y les pide a Josué y a Israel que entren “a la tierra que yo les doy”. Esas fascinantes palabras también constituyen el tema del libro completo de Josué. ¡La promesa de la tierra está por cumplirse!


Moisés y Josue siguen siendo un ejemplo, un modelo, para todas las nuevas generaciones.  Ahora nos toca a ti y a mi, ser un modelo y un ejemplo para aquellos que vienen detrás de nosotros.  Levántate porque ahora es cuando el Señor nos dice que entremos a la tierra que él nos da, las promesas del Señor se siguen cumpliendo y se cumplirán en tu vida y en la vida de tus descendientes.  La Promesa está por cumplirse.



 Adolph L. Harstad, Josué, ed. Roland Cap Ehlke and John C. Jeske, La Biblia Popular (Milwaukee, WI: Editorial Northwestern, 2000).

miércoles, 11 de junio de 2025

El Poder de la Oración



Quiero compartir contigo lo que hoy Dios me habló en mi tiempo devocional. Con el grupo de jóvenes adultos de mi iglesia estamos orando y ayunando para que Dios se mueva en la vida de todos los que llegan a nuestras reuniones y en especial por un retiro espiritual que tendremos en el mes de octubre. El tema para el tiempo devocional de hoy era la oración, pero al leer cada cita bíblica y tomar algunas notas creo que se trata más de “El poder de la oración”. Esto es lo que Dios me dijo hoy: 


I. Nos ayuda a tener comunión y estar conectados con Dios (Filipenses 4:4-7)
4 Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense! 5 Que su amabilidad sea evidente a todos. El Señor está cerca. 6 No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. 

Primero debemos estar alegres. 
Segundo nuestra buena actitud (amabilidad) debe ser evidente. 
Tercero no debemos preocuparnos debemos orar siempre y dar gracias. 
Cuarto la paz de Dios cuidará nuestros corazones y pensamientos.


II. Nos ayuda a mantener nuestra relación con Dios (Salmo 116:1-2)
1 Yo amo al SEÑOR porque él escucha mi voz suplicante. 2 Por cuanto él inclina a mí su oído, lo invocaré toda mi vida. 

Primero Dios escucha mi voz. 
Segundo Dios inclina su oído a mi voz. 
Tercero Yo amo a Dios. 
Cuarto Yo lo invocaré toda mi vida.


III. Nos hace participar de la soberanía y voluntad de Dios (Mateo 6:5-10)
5 »Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que ya han obtenido toda su recompensa. 6 Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará. 7 Y al orar, no hablen sólo por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas palabras. 8 No sean como ellos, porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan. 9 »Ustedes deben orar así: »“Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, 10 venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. 

- No oremos para que los demás nos vean. 
- Tengamos un momento con Dios a solas. 
- No hablemos solo por hablar seamos puntuales y claros. 
- Dios ya sabe lo que necesitamos, pero quiere que le hablemos. 
- Dios es soberano su voluntad siempre va a ser hecha. 
- Cuando dice deben orar así, o ustedes oren de esta manera: “que se cumpla tu voluntad en la tierra como en el cielo”, lo dice porque para que se haga la voluntad de Dios en la tierra es necesario que nosotros oremos. 
- Dios nos delega responsabilidad al decirnos que oremos. 
- La oración no es un medio a través de la cual yo controlo a Dios para que haga lo que yo quiero. 
- La oración es una invitación a conectarnos con su corazón para que nuestro corazón desee lo mismo que el corazón de Dios desea. 
- Su voluntad siempre se hace. Yo no convenzo a Dios de hacer algo que él no quiera hacer. 
- Cuando ores, ora para que se haga su voluntad, ora y pide para que los ojos de tu corazón puedan verlo a Él, ora para que Dios te transforme en una persona servicial y cariñosa.


IV. Nos hace ver la fidelidad y poder de Dios obrando (Nehemías 1)
Éstas son las palabras de Nehemías hijo de Jacalías: 

 En el mes de quisleu del año veinte, estando yo en la ciudadela de Susa, 2 llegó Jananí, uno de mis hermanos, junto con algunos hombres de Judá. Entonces les pregunté por el resto de los judíos que se habían librado del destierro, y por Jerusalén. 
3 Ellos me respondieron: «Los que se libraron del destierro y se quedaron en la provincia están enfrentando una gran calamidad y humillación. La muralla de Jerusalén sigue derribada, con sus puertas consumidas por el fuego.» 
4 Al escuchar esto, me senté a llorar; hice duelo por algunos días, ayuné y oré al Dios del cielo. 
5 Le dije: 

 «SEÑOR, Dios del cielo, grande y temible, que cumples el pacto y eres fiel con los que te aman y obedecen tus mandamientos, 6 te suplico que me prestes atención, que fijes tus ojos en este siervo tuyo que día y noche ora en favor de tu pueblo Israel. Confieso que los israelitas, entre los cuales estamos incluidos mi familia y yo, hemos pecado contra ti. 
7 Te hemos ofendido y nos hemos corrompido mucho; hemos desobedecido los mandamientos, preceptos y decretos que tú mismo diste a tu siervo Moisés. 
8 »Recuerda, te suplico, lo que le dijiste a tu siervo Moisés: “Si ustedes pecan, yo los dispersaré entre las naciones: 9 pero si se vuelven a mí, y obedecen y ponen en práctica mis mandamientos, aunque hayan sido llevados al lugar más apartado del mundo los recogeré y los haré volver al lugar donde he decidido habitar.” 
10 »Ellos son tus siervos y tu pueblo al cual redimiste con gran despliegue de fuerza y poder. 11 SEÑOR, te suplico que escuches nuestra oración, pues somos tus siervos y nos complacemos en honrar tu nombre. Y te pido que a este siervo tuyo le concedas tener éxito y ganarse el favor del rey.» 

En aquel tiempo yo era copero del rey. 


- Nehemías dice: lloré, hice duelo, ayuné y oré al Dios del cielo. Está bien que nos duela o que sea difícil enfrentar las cosas que vienen a mi vida, pero después de llorar, lamentar y sufrir la perdida (hacer duelo) debo concertar con Dios y hablarle para que me ayude a salir adelante. 
- Dios es fiel con los que le aman y obedecen sus mandamientos. 
- Dios siempre cumple el pacto. - Señor, te pedimos que escuches nuestra oración. 
- Señor, somos tus siervos y nos complacemos en honrar tu nombre 
- Señor, concede a este siervo tuyo tener éxito y ganarse el favor de los hombres (de la humanidad o de las personas)