Tres Consejos para iniciar el nuevo año

Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia.  Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.  No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal; Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos. Proverbios 3:5-8 RVC1960

Pon toda tu confianza en Dios y no en lo mucho que sabes. Toma en cuenta a Dios en todas tus acciones, y él te ayudará en todo.  No te creas muy sabio; obedece a Dios y aléjate del mal; así te mantendrás sano y fuerte.

Proverbios 3:5-8 TLA

Proverbios enseña que los que viven de acuerdo a la sabiduría tienen una vida mejor y menos problemática.

I.  Pon toda tu confianza en Dios.

Poner toda nuestra confianza en Dios quiere decir que en cualquier momento y circunstancia (situación) yo voy a creer con todo mi corazón que Dios va a hacer lo mejor y lo justo para mi vida.

Tú debes confiar en Dios.  Dedícate a hacer el bien, establécete en la tierra y mantente 

fiel a Dios.  Entrégale a Dios tu amor, y él te dará lo que más deseas.  Pon tu vida en sus 

manos, confía plenamente en él, y él actuará en tu favor; así todos verán con claridad 

que tú eres justo y recto.  Salmo 37:3-6 TLA

II.  Toma en cuenta a Dios.

Para tomar en cuenta a Dios en todo lo que hago tengo que conocerlo y tener una relación personal con él, para conocerlo debo leer su Palabra, estudiarla, meditar y poner en práctica lo que aprendo de su Palabra.  Debo preguntarle a Dios ¿Qué es lo que quiere que yo haga? Él me va a responder por medio de su Palabra y debo obedecerle.

Ustedes estudian la Biblia con mucho cuidado porque creen que así alcanzarán la vida eterna. Sin embargo, a pesar de que la Biblia habla bien de mí, ustedes no quieren creer en mí para alcanzar la vida eterna. Juan 5:39-40 TLA

III.  Aléjate del mal.

El pecado y el mal nos alejan de Dios, por eso él nos recuerda que debemos alejarnos del mal, porque al alejarnos del mal nos acercaremos más a Dios porque en Dios no hay pecado ni maldad.  Alejarnos del mal no solo es un consejo para que no nos vaya bien sino un recordatorio que lo que debo hacer es estar cerca de Dios.  Debemos estar unidos a Dios todos los días de nuestra vida.

Si ustedes se mantienen unidos a mí, yo me mantendré unido a ustedes. Ya saben que una rama no puede producir uvas si no se mantiene unida a la planta. Del mismo modo, ustedes no podrán hacer nada si no se mantienen unidos a mí. El discípulo que se mantiene unido a mí, y con quien yo me mantengo unido, es como una rama que da mucho fruto; pero si uno de ustedes se separa de mí, no podrá hacer nada. Juan 15:4-5 TLA