No eres tú, soy yo (2da. Parte)

II No eres tú, soy yo.  Mi relación con Dios.

Hay momentos en nuestra vida que somos nosotros los que le decimos esta frase a Dios “No eres tú, soy yo”, esto porque creemos que no somos capaces, en ocasiones eso es lo que nos han hecho creer.  Pensamos que no merecemos tanto amor, creemos que Dios espera de nosotros algo a cambio y eso nos hace vivir en temor.  

“En esa clase de amor no hay temor, porque el amor perfecto expulsa todo temor. Si tenemos miedo es por temor al castigo, y esto muestra que no hemos experimentado plenamente el perfecto amor de Dios.” 1 Juan 4:18

La Palabra de Dios nos muestra historias de hijos de Dios que se sentían igual que nosotros cuando Dios les llamó a cumplir el sueño de Dios para sus vidas.  Podemos mencionar a Moisés quien le dijo al Señor que no podía hablar bien Éxodo 3 y 4.  Josué, a pesar de ser valiente y decidido, necesitó que Dios le recordara que él siempre estaría con Josué donde quiera que fuera Josué 1.  El apóstol Pablo necesitaba entender que no era en sus fuerzas ni por sus capacidades, sino que era por el poder de Dios “pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo.” 2 Corintios 12:9 NVI

Dios no tiene expectativas sobre nosotros, él nos ama como somos, él es amor.  No construyamos expectativas que nos separan de Dios, acerquémonos más a él y él se manifestará en nuestra vida y nos permitirá cumplir el sueño de Dios para nuestra vida.

Así que recuerda estas cinco cosas:

1. No es por mis capacidades

2. Dios no tiene expectativas sobre mi vida, Él tiene planes de bien

3. Dios no me va a castigar por eso no debo tener temor

4. Dios es amor

“7 Amados hijos míos, debemos amarnos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es hijo de Dios, y conoce a Dios. 8 El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.” 1 Juan 4:7-8

5. Dios me amó primero

“9 Dios nos dio muestras de su amor al enviar al mundo a Jesús, su único Hijo, para que por medio de él todos nosotros tengamos vida eterna. 10 El verdadero amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo, para que nosotros fuéramos perdonados por medio de su sacrificio.” 1 Juan 4:9-10